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Aglutinación Pasiva

Los anticuerpos específicos contra un antígeno soluble no pueden detectarse por precipitación si su concentración es inferior a los 20 ug/ml. Teniendo en cuenta que la aglutinación es más sensible, se ha procurado fijar antígenos solubles a partículas de modo de transformar la reacción de precipitación en una reacción de aglutinación. Esto se ha logrado con magníficos resultados mediante la fijación de antígenos solubles a hematíes o partículas inertes como el poliestireno, el látex y la bentonita.
A la reacción que resulta del empleo de glóbulos rojos como soporte se la llama Hemoaglutinación pasiva, y simplemente Aglutinación pasiva cuando se utilizan otros soportes.
Generalmente las uniones de los antígenos a los soportes son no covalentes y la fijación se obtiene por mezcla directa. En el caso de los hematíes, la fijación de hidratos de carbono no necesita intermediarios; en cambio para la fijación de proteínas es necesario el tratamiento previo de los glóbulos rojos con aldehídos simples como el fórmico o pirúvico.
La aglutinación pasiva es un método semicuantitativo que, al igual que la aglutinación, permite determinar concentraciones relativas de anticuerpos sobre la base de la máxima dilución aglutinante. Es cuatro veces más sensible que la aglutinación y mucho más aún que la precipitación. Esto es consecuencia del tamaño de las partículas antigénicas que intervienen en la reacción. En la precipitación, el antígeno es pequeño y se necesitan muchos complejos Ag-Ac agregados para que la reacción se visualice, en tanto que en la aglutinación pasiva se ha transformado al antígeno en una partícula de gran tamaño, capaz de dar aglutinados visibles con unos pocos complejos Ag-Ac. El número de moléculas de anticuerpo que intervienen en uno y otro caso difieren muchísimo, de ahí la distinta sensibilidad (límite de detección).
La reacción se efectúa colocando en tubos distintas diluciones del suero a valorar y un volumen determinado del antígeno fijado al soporte. Anticuerpo y antígeno se mezclan mediante agitación suave y se incuban durante un tiempo determinado, en general a temperatura ambiente. Los tubos se observan sin centrifugar, por la parte inferior, para determinar si ha habido aglutinación.
Esta técnica se emplea para investigar hormonas y antígenos solubles en sangre, orina y otros fluidos.

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